Todo empezó un extraño día en marzo de 2020, mientras descansaba en la repisa de una de las tantas botillerías que se la juegan con nuestra presencia. Algo no cuadraba, ya era jueves, 19:25 pm, y el ambiente estaba calmo y pacífico. Conversaba con mis vecinos los piscos, quienes siempre han sido devotos de los sábados a última hora, y me decían: «tranqui no más mi wachis, esto prende de aquí al viernes”, mientras los cigarros distraídos se cahüineaban con los chicles. Llegó el viernes……y nada, el sábado fue casi surrealista, porque la cortina se bajó más temprano. El vino, siempre soberbio y con aires superiores nos decía que el problema éramos nosotras, que la cerveza en invierno no pega, y que la gente siempre vuelve al vino, algo que hizo enfurecer a la Russian Imperial Stout.
Así pasaron unas 3 semanas, cuando de pronto, cuál meteorito luminoso, transgresor y veloz, cambió todo. La botillería pasaba llena, venía gente con mascarilla, temerosa y angustiada, a veces triste otras resignadas, pero qué manera de brillarles sus ojitos al tomarnos en sus manos, por qué???? ¡Porque había empezado la cuarentena, y cómo le gusta la cerveza al chileno!!. Nos llevaban a sus casas, nos abrieron el corazón de sus hogares, disfrutábamos como nunca ver a nuestra gente feliz con nosotras en su vaso, y su serie favorita, o el clásico picoteo de papas fritas y aceituna, que pasó a ser la velada perfecta. Nos mostraron sus mayores tesoros, la familia (hijos, parejas, mascotas, plantitas, etc.), mientras nos destapaban, supimos y vivimos el cariño que desborda en los hogares, cuando la gente está en situaciones difíciles, con sus seres más amados.
Como cerveza, nos sentimos dichosas y honradas de sacar sonrisas en estos tiempos, de mejorar tus recuerdos, de poder mirar un atardecer mientras tomas una Session Ipa, o que veas tu serie regalona con una Doble Ipa, que cocinarás sopaipillas tomando una Russian Imperial Stout, o que después de jugártelas en las clases online de tu hijos, te recompenses con una Ipa Paradisi.
Chiquillos, cualquier cerveza artesanal que hayan llevado a sus vidas en esos días, es inmensamente importante y valorado por nosotros los cerveceros, apreciamos el esfuerzo y el cariño y a la vez nos encanta que lo cotidiano lo aprendas a disfrutar porque está ahí, es tuyo, es ahora y es real.